Esta no es una receta cualquiera de galletas de limón, es una receta de Isabel, de su fabuloso libro Pasteles con historia dela editorial Col & Col, un libro que ha salido en este mes, pero que debía estar publicado hace años, porque ella se lo merece, porque todas sus recetas salen y están buenas.

Isabel empezó con su blog "Aliter Dulcia" hace mucho y así es como nos conocimos, mediante los blogs, después convirtió Aliter Dulcia en algo físico con ese pedazo local en Gijón, donde por fín puede conocerla personalmente, y es una persona encantadora.

Cuando salió el libro tenía muy claro que tenía que tenerlo, y pensé que se lo pediría a los Reyes, aunque esperar 3 meses no sé si aguantaría, y de de hecho no he podido y me lo he autoregalado porque sí.

Debo decir que este libro es uno de los mejores de los últimos que tengo (aunque igual no soy muy objetiva ya que es de una amiga), pero es muy bueno, de verdad con recetas estupendas, ya he preparado varias, y es Isabel lo mires por donde lo mires. A mi niña de 2 años le encanta, quiere que haga casi todas las recetas y toca la foto como con ganas de comerla.

Hoy os enseño estas galletas de limón por su sencillez, porque el limón es una insignia de Aliter Dulcia, porque tienen textura de polvorón, no muy dulces ni muy ácidas, con un toque refrescantes y que triunfan. Ya las he preparado 3 veces y no defraudan a nadie, incluso a los que no son muy de limón les ha gustado mucho.

Y es que el limón creo que es como el chocolate, o lo amas o lo odias, yo tengo la suerte de amar a los dos.

Batimos muy bien la mantequilla junto con el azúcar. Añadimos, sin dejar de batir la ralladura que hemos mezclado con el zumo de limón, y por ultimo la harina tamizada junto con la maizena.

Tomamos porciones con la ayuda de una cuchara y vamos haciendo bolas con las manos, las colocamos en una bandeja de horno con papel.

La cantadidad de galletas varia según el tamaño, cogiendo porciones con una cuchara de helados salen unas 9, si usas cuchara sopera unas 12 y con cucharas más pequeñas hasta 18.

Introducimos en el horno precalentado a 180ºC durante 15 minutos. Evitar que se doren mucho.

Dejamos enfriar en rejilla y espolvoreamos azúcar glass.

Se acerca el finde y lo que menos apetece es complicarse en preparar cenas, hay que aprovechar para hacer cosas en familia o con los amigos, y estar liado metido en la cocina pues te quita tiempo. Lo mejor es preparar algo desenfadado y si se comparte es mucho mejor.

Esta vez te propongo unos bocatas pero un poco distintos, porque el pan usado es pan de pita, ya con esto cambiamos un poco, en este caso he usado los de Mission Pita que venían en mi Difrutabox  porque no llevan aditivos, respetan la receta original y son grandecitos así que no es difícil rellenarlos. De esta marca Mission ya he probado varios productos, y la verdad es que merecen mucho la pena. Llevan desde 1948 con sus tortillas y panes planos, por lo que son expertos en la materia.

Hoy no he querido usar los rellenos habituales y he preparado una ensalada, porque así es más fácil de comer, dejando los ingredientes en la mesa, dejas que cada comensal lo haga a su gusto siendo todo el mundo participe.

Es una receta muy completa ya que lleva hidratos del pan, verduras de varios tipos y colores, fruta, proteína y lácteo, vamos que no se puede pedir más.

Bueno os dejo con la receta y si la preparáis me decís, vale???

Escurrimos las latillas y ponemos el bonito en un bol, picamos la cebolleta, los palitos de surimi y los huevos cocidos bien picaditos y se lo añadimos. Agregamos el maíz y un par de cucharadas de salsa de kebak, puede ser comprada o podemos sustituirlo por yogur griego.

A parte cortamos en dados el tomate, mango, la zanahoria la rallamos con un rallldor ancho o se puede comprar ya hecha.

Tostamos los panes de pita, en tostadora (a mi no me entran), en el horno o simplemente en una sartén bien caliente, los abrimos con la ayuda de un cuchillo o tijeras y rellenamos al gusto combinando todos los ingredientes y luego agregamos un poco más de salsa.

Listo y muy bueno.

Ya estamos recolectando las calabazas en la finca, las hay de muchas clases y por tanto no todas sirven para lo mismo. Las de cabello de ángel, pues se usan para hacer ese postre ya que se hace hebras, también tiene plantadas de las de tipo halloween y luego otras alargadas. Vamos que será por calabazas.

Así que aprovecho para hacer ricas cremas que a los peques les encantan, y como no, postres y dulces. Hoy acompaño la calabaza con chocolate en unos deliciosos bizcochitos, creo que en formato mini estos bundcakes están mas buenos aún si cabe, y luego no hay discusiones a la hora de repartir, ya que el tamaño es el mismo para todos.

Están especiados ya que creo que la calabaza requiere de buenas especias para potenciar todo su sabor, lo que mejor le va sin duda es nuez moscada, canela, jengibre, clavo... en este caso no he querido abusar y lleva canela y jengibre para dar toque picantillo y dulzor.

No aburro más y te dejo por si quieres prepararlo en casa porque tienes calabaza de más y no sabes que hacer con ella.

Tamizar harina junto con el azúcar blanco, 1 cta levadura, bicarbonato, canela, jengibre y sal. Reservar.

A parte batir el puré de calabaza junto con 100 ml de buttermilk, huevo, aceite y azúcar moreno. Esta mezcla la vertemos sobre los ingredientes secos y mezclamos bien.

Dividimos la masa en dos cuencos y en uno agregamos 25 ml de buttermilk, 1/2 cta de levdura y el cacao, mezclamos bien.

Engrasamos el molde y vamos alternando ambas masas. Metemos al horno precalentado a 180ºC durante unos 30- 40 minutos.

Dejamos en el molde 10 minutos y desmoldamos sobre rejilla para enfriar totalmente.

Se acerca el finde y que bien nos viene desconectar un poco de la semana estresante, de mirar el reloj continuamente e ir corriendo a todos sitios. Cenas más o menos rápidas porque hay que reposar y acostarse que al día siguiente hay que madrugar.

El fin de semana es distinto, te levantas cuando quieres no porque suena el despertador (aunque pueden aparecer los peques por tu cama queriendo diciendo que ya es de día), desayunas tranquilamente y en familia.

Hoy traigo una pizza que según mi marido es casi deluxe, son pocos ingredientes pero que combinan perfectamente, es ideal para una cena entre amigos, charlando y seguro que les sorprendes. Así la comimos nosotros entre amigos, a quien no les gustaban los higos y les encanto la pizza.

Te dejo con la receta y a disfrutar del fin de semana.

Rallamos los tomates y escurrimos muy bien el agua que suelten., los ponemos en un bol junto con una pizca de sal, azúcar y salvia picada. Reservamos.

Lavamos los higos y les cortamos en gajos, el jamón le cortamos a la mitad

Colocamos la base de pizza y distribuimos el tomate, después cubrimos con mozzarella, repartimos los higos y el jamón, también las lascas de queso y rociamos con aceite.

Metemos en el horno precalentado a 200ºC durante 10 minutos. Justo al sacar que esté hecho distribuimos rúcula, aceite y la crema de módena.

Los lunes son menos lunes o por lo menos mas llevaderos si desayunamos cosas ricas, también en la tartarea a Samu para que almuerce le pongo cosas que le gusten de cereales, ya que como hacen desayuno saludable, los lunes toca cereales y nada mejor que el domingo ponerme al lio y hacer magdalenas, galletas, bizcocho...

Un bollo que recuerda mi infancia son los bollos de leche y los bollos suizos que me compraba mi madre junto con una chocolatina en ocasiones para merendar, eso era como un día de fiesta.

Asi que esta idea es la mezcla de los dos: bollos de leche + chocolate, la receta es de mi amiga Noe, ella igual lo explica mucho mejor por si queréis pasaros por su blog.

Es una receta fácil aunque la veas así con la espiral, pocos ingredientes que se encuentran en cualquier tienda y un poco de tiempo por los levados.

Bueno no aburro más y os dejo con la receta que sé que os va a gustar.

Comenzamos mezclando la leche junto con el azúcar y la maizena, se mezclará hasta que esté todo bien integrado tener una mezcla homogénea.

Ahora ponemos la mezcla en un cazo y lo llevamos a fuego medio para hacer una bechamel suave, por lo que no pararemos de remover evitando que se pegue hasta que espese.

Cuando empiece a espesar agregamos la mantequilla y removemos hasta que se funda totalmente. Una vez listo, lo retiramos del fuego y dejamos enfriar un poco. Hay que tener en cuanto que vamos a usar levadura fresca y a alta temperatura muere.

Deshacemos la levadura en la harina con la ayuda de las manos, lo mezclamos bien y hacemos un volcán donde vamos a agregar la masa que teníamos preparada y comenzaremos a amasar. Queremos una masa esponjosa y lisa que casi no se pegue.

Dividimos la masa en 2 partes más o menos iguales, una la ponemos en un cuenco engrasado y tapado hasta que doble volumen.

A la otra masa le agregamos el cacao con un chorrito de leche hasta tener una masa homogénea, si se reseca mucho la masa se puede agregar leche. Una vez lista, la ponemos enun cuenco engrasado y tapamos a esperar que doble volumen.

Con las masas listas las vamos a desgasificar y amasamos con la ayuda de un rodillo sobre una hoja de papel de horno, queremos forma rectangular y ambas masas iguales.

Ponemos una masa de base y la pincelamos con un poco de agua, ponemos la otra masa encima y amasamos un poco para que se peguen bien, desde el extremo más ancho vamos enrollando hasta tener forma de espiral.

Una vez lista, cortamos los extremos y vamos cortando el resto de masa en porciones de unos 3 cm.

Ponemos en una bandeja de horno y metemos en el horno precaltneado a 175ºC durante 15 minutos.

Dejamos enfriar sobre rejilla.

Ay que bien que nos viene un finde largo o un minipuente como se quiera ver, el caso es que el viernes es fiesta y por tanto tenemos un finde de 3 dias, que no está nada mal.

Los fines de semana en casa aprovechamos y hacemos cenas un poco más divertidas, a Samu le gustan las "cenas guarras" (huevo, chorizo y patatas todo frito), pero las pizzas y hamburguesas también tienen cabida en este tipo de cenas, eso sí lo hacemos en casa, nada de comprarlo por ahí de forma prefabricada.

Estas minihamburguesas de berenjena están muy buenas, no saben para nada a la verdura y dan totalmente el pego si quieres que tus hijos coman verdura sin darse cuenta, y si tienen algún familiar o amigo vegetariano te lo agradecerán también.

A la peque solo se la preparo en pan y con un poco de ketchup, Samu ya quiere también queso y los mayores la comemos completa.

El tamaño como la das forma tu le puedes hacer como quieras, pero en versión mini para los peques de la casa tiene más éxito.

Lo primero es tener las verduras listas, para ello cortamos la berenjena a la mitad, hacemos unos cortes tipo rombo y agregamos sal gorda en los huecos,ponemos en una fuente apta para micro, tapamos con papel film y hacemos unos agujeros. Metemos al micro 15 minutos, sacamos y dejamos enfriar antes de quitar la carne con la ayuda de una cuchara.  Ponemos luego el calabacin y el pimiento tapado con film al micro durante 20 minutos y hacemos la misma operación.

Mientras picamos la cebolla finita y la pochamos en una sartén con un poco de aceite, cuando esté transparente la sacamos y reservamos en un bol.

Picamos las verduras con cuchillo para tener una pasta más o menos fina, eso ya a gustos.

En un bol batimos un huevo, le añadimos las verduras picadas, la cebolla, los tomates picaditos, los quesos, la salsa de soja y mezclamos bien. Ahora vamos agregando pan rallado hasta tener una masa consistente que podamos manejar y luego hacer las hamburguesas.

Pasamos por harina y freímos por ambos lados.

Ya estamos metidos en otoño aunque con este tiempo cambiante no hay quien se aclare, pero vamos que aún no hemos sacado las trenkas pero poco faltará y ya se quedarán entre nosotros hasta semana santa como poco.

Asi que encender el horno ya no supone un suplicio, qué ganas tenia, así para desayunar ricos bizcochos caseros o para acompañarlos de un té a media tarde.

Además mi propuesta de hoy es con fruta, ciruelas claudias cogidas por nosotros mismos de los ciruelos de la finca que tienen mis suegros. Este es un bizcoho muy muy jugoso ya que las ciruelas le aportan un extra de humedad, no es excesivamente dulce teniendo en cuenta que la fruta escogida ya lo es.

No voy a soltar más rollos y te dejo que lo veas si te apetece un trozo o no. Si quieres, ya sabes tienes la receta para que lo puedas hacer en casa cuando quieras. Si no tienes ciruelas puedes sustituirlo por pera, manzana u otro fruta.

Quitamos la pepita de las ciruelas tras lavarlas y las cortamos en gajos.

En un bol grande batimos los huevos junto con el azúcar hasta que tengamos una crema esponjosa. Después sin dejar de batir añadimos el aceite en hilillo.

Nos quedan los lácteos, primeros agregamos el yogur y cuando esté bien integrado le toca el turno al queso.

Ahora incorporamos la harina tamizada junto con la levadura y las especias, mezclamos todo muy bien.

Vertemos la mitad de la asa en el molde engrasado y con papel en la base, cubrimos con la mitad de las ciruelas, volvemos a verter masa y terminamos con las ciruelas que nos quedan

Metemos en el horno precalentado a 180ª C durante 45 minutos.

Sacamos del horno y dejamos enfriar, desmoldamos y espoloreamos azúcar glass.

Se acerca el finde y terminar las comidas con un postre rico y casero siempre es de éxito asegurado. En casa de mis abuelos siempre terminábamos las comidas con lo que denominábamos y seguimos diciendo "la cuca", podía ser una simple galleta María, pero siempre algo dulce para terminar una buena comida, muchas veces mi abuela sacaba un surtido de galletas de Reglero, Fontaneda (cuando era una empresa familiar palentina) y todos metíamos la mano para elegir las que más nos gustaba.

Asi que como las tradiciones, sobre todo si son buenas, hay que seguirlas la cuca sigue presente tras cada comida.

La idea de hoy es muy muy fácil, con ingredientes que tienes en casa casi sin problemas y que se hace practicante sola, aunque requiere un poco de tiempo es más bien por la espera del frigo. Si te apetece hacerla para el finde, toma nota porque seguro que en casa te agradecerán terminar la comida con estos vasitos.

El zumo que he usado es de Zumosol sin pulpa (le hay también con pulpa), porque es garantía ya que es 100% zumo exprimido, vamos que es sólo fruta sin azúcares añadidos, es como prepararte un zumo en casa, pero sin tener que exprimir las naranjas solo hay que abrir la botella. En casa gusta mucho y salvé un poco para preparar este postre, y es que me entro en la Degustabox de septiembre y como siempre me toca salvar alguna cosa porque los peques en seguida reparten los productos que vienen según les gusta, y como me despiste un poco alguna cosa ya ni la veo, por ejemplo la nocilla que ya por fin es sin palma, que se agradece porque seguro que han tenido que reorganizar ingredientes para que esté tan buena como siempre, o los pick up de chocolate.

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Comenzamos preparando la espuma para ello ponemos en un cazo 50 ml del zumo de naranja junto con la vaina de vainilla y la ralladura de 1/2 naranja. Lo ponemos a fuego suave para infusione y se caliente.

A parte hidratamos las hojas de gelatina en agua fria.

Ponemos el resto de zumo en un bol, escurrimos la gelatina y la mezclamos con el zumo caliente para que se disuelva, vertemos sobre el resto del zumo, sacamos las semillas de la vaina y mezclamos bien. Resrvamos en el frigo durante 1 hora para que solidifique un poco.

Pasado el tiempo, montamos la nata con el azúcar.

Batimos la "gelatina" y montamos un poco, no va a montar como la nata, pero lo que queremos es que no tener una crema gelatina sino más liquida. Mezclamos las dos preparaciones con cuidado y lo vertemos en los vasos de preparación. Metemos al frigo durante al menos 4 horas, mejor de un dia para otro.

Sólo queda preparar la trufa, para ello ponemos en el vaso de la batidora o un bol alto, la nata, vainilla, azúcar y cacao y batimos hasta montar. Metemos en un manga con boquilla rizada y cubrimos las espuma con la trufa. Espolvoreamos ralladura de naranja y listo.